lunes, 12 de noviembre de 2007

Peirano no será ministro en el gobierno de Cristina Kirchner

Parece que existen personas cuerdas todavia en lo que a candidatos de altos cargos se refiere. La politica de Cristina quien no la evalue bien va camino al desastre.

Y si tienen dudas, no se olviden que al subir las retenciones a las exportaciones seguramente en poco tiempo subiran los precios de la comida mucho mas.


Se opone a la política para combatir la inflación y a la manipulación de datos del Indec

Dramas de la democracia matrimonial. Antes de asumir la presidencia, Cristina Kirchner enfrenta la primera crisis en el gabinete de su esposo. El ministro de Economía, Miguel Peirano, ya tiene resuelto no participar en su gobierno. Según fuentes oficiales, Peirano ya se lo informó a Néstor Kirchner, quien le pidió que reconsiderara la decisión. El ministro puede aducir una razón objetiva para alejarse: la enfermedad de su madre, que hoy será sometida a una intervención quirúrgica. Sin embargo, muchos creen que los motivos de desaliento son otros. El principal: la ratificación de la política de la Casa Rosada respecto de la inflación.

El primer conflicto explícito, que el ministro dejó trascender a la prensa, lo desató la expulsión de 13 funcionarios del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) enemistados con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Esos técnicos no sólo no serán reincorporados al organismo, sino que serán absorbidos por el Palacio de Hacienda en la Secretaría de Política Económica. En plena transición, la purga del Indec fue más que una manifestación de poder por parte del secretario Moreno. Se trató de un indicio vehemente de que la política de enmascaramiento de las estadísticas de precios continuará durante el gobierno de la señora de Kirchner.

Esa perspectiva pone en tela de juicio un instrumento principal que la nueva presidenta consagró antes de iniciar su gestión: el pacto social. Economistas cercanos a Peirano sostienen que es imposible acordar con los empresarios y los sindicalistas las principales variables de la economía sobre la base de cómputos viciados en su credibilidad.

Es probable, según esas mismas fuentes, que Peirano no viera en este problema sólo una encrucijada técnica. Dotado de una sensibilidad política inusual en la mayoría de los economistas, el ministro puede prever para sí el incómodo papel que tuvo Roberto Lavagna durante su participación en el equipo de Kirchner: es decir, el de un funcionario que debe poner más empeño en diferenciarse de lo que se decide en la cúspide que en contribuir con sus iniciativas a la marcha de la administración.

A esta incomodidad política se sumarían algunos malestares más específicos. Por ejemplo, el que producen en el quinto piso del Palacio de Hacienda las versiones sobre el desplazamiento de Leila Nazer, leal sucesora de Peirano en la Secretaría de Industria, que él dejó al reemplazar a Felisa Miceli.

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